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viernes, 5 de octubre de 2012

ENTREVISTA al Dr. Helien

"CREO EN PONER EL CUERPO"

Adrián Helien es sexólogo y coordina el equipo interdisciplinario de profesionales que atienden las consultas de personas transexuales en el hospital Durand de la ciudad de Buenos Aires. Está presentando junto a Alba Piotto su libro “Cuerpxs Equivocadxs”, único en Latinoamérica en abordar la temática trans desde el marco de la salud, y habló con Complemento de la armonía cuerpo-mente, la ley de identidad de género y la construcción de la masculinidad.

> Por Bárbara Corneli


¿Cómo surge incorporar la atención a personas trans en el hospital y hacerlo con una perspectiva de género?

Yo soy especialista en sexualidad, formo gente en sexualidad hace añares. En realidad, yo creía que sabía. Me di cuenta que no sabía. Lo que aprendí respecto a personas trans, lo aprendí de estar en contacto. Yo no creo en el saber de escritorio o de biblioteca, creo en poner el cuerpo y poder trabajar con personas.

Helien es consciente de que la medicina ha generado históricamente argumentos para la exclusión y la patologización de las personas que manifestaban un desacuerdo entre sus cuerpos y la identidad auto-percibida. Si bien entiende que hablar de “disforia” tiene que ver con esta postura del saber médico, reafirma que puede haber un desajuste entre la mente y el cuerpo, y que “la gente que de alguna manera se lleva mal con su cuerpo necesita, para completar su identidad genérica, la operación o la reconstrucción de sus genitales”

¿Cuánto de lo que lleva a recurrir a una intervención quirúrgica tiene que ver con la propia identidad y cuánto con lo que se espera desde la sociedad?

No sabemos cuánto hay de mandato, de performatividad del discurso, cuánto somos normativos. Y eso está presente. En realidad, nosotros lo que trabajamos es que la persona se contacte con su verdadera identidad, con conciencia plena de quién es y que pueda tomar las mejores decisiones acorde a quién es. Es todo un trabajo terapéutico. Cuánto es lo que necesitás y cuánto esta normatizado. Esto es algo que tenemos que trabajar y tener en cuenta a la hora de realizar una intervención quirúrgica tan importante, irreversible como ésta. Hay personas que desde que tienen uso de conciencia lo saben y lo sienten. De hecho yo estoy viendo a una chiquita trans que tiene cinco años y no acepta sus genitales. Empiezan a haber expresiones de sexualidades alternativas, personas que no se sienten identificadas con el binarismo y son transgénero y viven orgullosas de ser transgénero y tener un cuerpo de diseño distinto.

El equipo de trabajo que funciona en el Durand no ha realizado de momento ninguna operación genital a varones trans, pese a que por cada mujer trans que quiere operarse, un hombre trans busca lo mismo. Helien explica que construir un neofalo es más complejo que construir una neovagina y destaca que si bien el tratamiento hormonal es muy efectivo en masculinizar, “nuestra pata más floja es la intervención a varones trans”. Muchos varones trans “se quejan de que la ley de identidad no cambió mucho para ellos más que el documento, porque no están accediendo a cirugías en el ámbito público”. En este sentido, la cirugía a la que recurren en primera instancia es la mastectomía, “una operación que les cambia la vida: la inserción social y laboral y respecto a esta armonía cuerpo-mente”.
Reflexionando sobre la construcción de la identidad, el sexólogo aún se cuestiona: “no sé si es porque no estamos en condiciones de ofrecerles un neofalo, pero – en el caso de los varones– hay una integración de la sexualidad más natural en ese sentido, integran la sexualidad antes que las mujeres”.
“Sabemos que la identidad genérica está en el cerebro y no sabemos cómo. Sabemos que es un proceso. Hay una base biológica pero hay instancias múltiples respecto a cómo se va conformando el cerebro de las personas. Las personas trans varones se conciben como varones y quieren insertarse como varones con su identidad auto-percibida en el cerebro y con un rol social acorde”.

En el hospital Durand la lista de espera para operaciones de reasignación de sexo es de 100 personas. ¿En qué ha favorecido contar con la ley de identidad de género y qué cosas restan?

Hay un avance en el status legal que  tiene que ver con despatologizar y dar posibilidades a la gente, dar posibilidades de reconocer la identidad, que es lo que la persona percibe. Anteriormente una persona tenía que disparatadamente hacer un juicio y demostrarle a un juez que él era él. Infinitas  sentencias salían en contra porque no se reunían los criterios biológicos o porque había alguien en contra ideológicamente… era una injusticia tremenda.
El recurso humano es importante, los que laburamos es porque queremos y tenemos vocación, no es que el Estado esté apoyando nuestra gestión. En general no hay efectores. Si no se hace una formación y a la gente que trabaja con nosotros no nos dan una posibilidad de operar más, de agrandar el equipo, el riesgo es que las personas no reciban la atención que merecen por falta de efectores. Lo demás me parece ejemplar.

El que aún no haya en el sistema de salud pública la posibilidad de la construcción de un neofalo afecta directamente a las masculinidades trans que quieran recurrir a dicha intervención quirúrgica en el proceso de conformación y reafirmación de sus identidades. Y, como también lo considera Helien, el sistema de salud en sí no es ajeno a que “la gente con su cuerpo está testimoniando la deconstrucción y está interpelando al sistema binario”. Según él, en los varones trans aparece más frecuentemente la reproducción del estereotipo de lo masculino que del femenino en las mujeres trans, pero lo analiza como algo de lo que los individuos no pueden desprenderse, de una cultura machista donde los mandatos sexuales respecto a cómo ser varón son notablemente severos, sobre todo si se nace con vagina. Es a la binariedad en sí a la que se espera que los individuos respondan. “Claro que ‘hay que ser’. Yo me tengo que vestir como varón, hablar como varón, decir cosas de varón, coger como un varón, ésas cosas que son normativas y que hablan de personas que no existen. Somos todos raros, diferentes. Respetar esta diversidad, esta diferencia, es todo un trabajo que lo tuve que hacer también yo para poder laburar, pero las personas trans también lo tienen que hacer, porque están atravesadas por estas normas”.

¿Qué cambios imaginás en un futuro?

Somos cada vez más diversos y deberíamos estar cada vez mas integrados, no que la diversidad sea descalificada, rechazada, ninguneada, invisibilizada. Siempre fuimos diversos, pasa que se trató de normatizar, hacernos entrar en estos casilleros de rosa/celeste. No entramos. Creo que vamos hacia una sociedad diversa, más rica, donde va a haber cuerpos de diseño, identidades de diseño, familias con nuevos diseños y eso hace a la riqueza de las personas, porque va a ser un mundo más inclusivo y diverso.