COMPLEMENTO es un e-zine que se actualiza el primer viernes de cada mes. Está hecho sin recursos económicos ni subsidios y cuenta enteramente con la buena predisposición de lxs colaboradores que optan aportar sus textos o imágenes al proyecto. NO HAY FINES DE LUCRO. Se agradece difusión por un pensamiento divergente. La Complemento desprecia al lector pasivo, busca un lector que piense y difiera de lo que lee, que discuta, un lector crítico. Al ser una entrega mensual se tomará como criterio un eje temático para cada número, pero NO un enfoque homogéneo. Bienvenida sea la genuina diversidad.

viernes, 7 de septiembre de 2012

NOTA DE TAPA

TRAGAME
> Por Bárbara Corneli

Decir, contar, existir. Dar testimonio. Reconocer cuánto tiempo se cubrió bajo un manto de silencio la historia y los cuerpos que no cumplían con lo esperado dentro de lo que una cultura designaba como “normal” o “natural”.  Y destapar, correr sábanas y cortinas, echar aire, dar rienda suelta. Identificar que esa “normalidad” es una imposición que nos hicieron creer, con sus lugares seguros, disponibles para quien quiera vivir la sexualidad libre de estigmas y agresiones, en un formato encorsetado de dos lugares disponibles, no más. La existencia de publicaciones que se paren en esos no lugares y empiecen a escribir de nuevo es relativamente reciente.
El feminismo ha marcado los primeros tramos del camino, al mostrar y denunciar que no toda la humanidad se sentía nombrada e incluida, contemplada y respetada en los preceptos de una sociedad que se jactaba de justa y revolucionaria, pero que tenía pautas de la igualdad y la libertad claramente excluyentes en raza, género y clase social. 


Publico, luego existo.

Hay publicaciones, como la Revista Imperio que, siendo una de las primeras que apuntó a un público gay, se mantiene como un espacio donde lo erótico/pornográfico puede ser objeto de la oferta y demanda en un mundo regido por el consumo. Si bien este tipo de publicaciones aporta a la visibilidad del universo gay, lo mantiene también sujeto a la sexualización constante que forma estereotipos y barreras para profundizar en problemáticas que tienen que ver con el pleno acceso a los derechos y responsabilidades civiles. Por esto mismo es relevante el antecedente de la revista Nexo, luego llamada “NX, periodismo gay para todos”, emitida desde 1993 hasta 2001, comprometida con echar luz sobre la problemática del VIH, sida y con la lucha contra la discriminación.

Por otro lado, la aparición del Suplemento SOY, de Página/12, en marzo de 2008 abrió un espacio necesario para encarar la discusión de la diversidad y dar la posibilidad de contar esas historias de vida y formas de vivir que exceden la heteronormatividad, aquella que se presume obligatoria cuando es parámetro de exclusión y agresiones varias. Aunque el hecho de que estos temas sean abordados y destapados desde un suplemento y no desde una publicación independiente, lleva a pensar en la posibilidad que tiene éste de provocar inquietudes y curiosidades en un público que de otra manera, tal vez no se hubiera topado con estos planteos.

Tanto la teoría Queer como la corriente feminista han nutrido la militancia y la acción de los grupos LGBTI. En lo que respecta a las publicaciones gestionadas por este colectivo, esta influencia puede ser un arma de doble filo. Por un lado, partir de una base teórica y filosófica despunta reflexiones de calidad en torno a los roles y figuras sostenidas en la sociedad respecto a la diversidad. No sólo en las potencialidades de la identidad, sino en la realidad diaria donde se palpitan la falta de derechos civiles, políticas públicas y educación para erradicar la discriminación y la violencia. Por otro lado, se corre el riesgo de complejizar en extremo el lenguaje (terreno que en esta materia aún se amasa en la plasticidad de lo que se quiere y puede definir o no) y, más allá de rozar lo incomprensible, alimentar el desinterés de aquellxs que se creen ajenxs a las influencias del género.

El periódico El Teje no sólo abrió las puertas a exponer las historias de trans, travestis, transexuales,  y transgéneros, sino que se formó un espacio que parte de la capacitación, para que las voces que dieran testimonio sean las de lxs propixs protagonistxs.


Ser o no ser (representadx)

Tal vez la producción y reproducción de piezas de comunicación que enfoquen la sexualidad como temática y buceen en sus aristas diversificadas, amorfas, inexplicadas, se va contagiando de las mismas cualidades del universo que explora. Entonces se corre el riesgo de usar estos espacios para buscar nuevas seguridades, respuestas concluyentes, formas de ser en la diversidad y la diferencia aceptadxs, comprendidxs; en lugar de seguir formulando preguntas, abrir terrenos indefinidos, caminar por la cuerda floja aceptando cada tanto perder el equilibrio.

Sería tal vez pretensioso pensar que una publicación, por proponerse encarar temáticas que históricamente se han ignorado u ocultado, va entonces a echar luz sobre todos los rincones del interior del placard. Para el caso, pararse en el terreno de la diversidad es también asumir que éste será inabarcable, como el reflejo líquido al final de la ruta que zigzaguea bajo el sol prometiendo un oasis que se aleja en proporción al espacio que recorremos para alcanzarlo.

Es fundamental que existan publicaciones como el Suplemento SOY y el periódico El Teje, Sentido G,  la revista Baruyera (“una tromba lesbiana feminista”), Clítoris (revista de historietas), etc, que expongan una voz propia históricamente ignorada o silenciada. También lo es el hecho de no conformarnos y registrar si las preguntas que estos espacios nos hicieron formular con inquietud urticante y lograron expandir nuestras reconfortantes faltas de certeza, hoy pudiesen quedarnos cortas. ¿Cuál es nuestra identidad? ¿Es definitiva, etérea o transitiva? ¿Qué necesitamos contar? ¿Faltan nuestras voces?

Habría que preguntarse si estos espacios redundan en la reproducción de los discursos de la militancia o los organismos oficiales de la diversidad. Y a su vez, si éstos, en su búsqueda por un reconocimiento dentro de las normas civiles como parámetro de lo alcanzable y deseable, se han convertido por momentos en la nueva norma. O bien, si lo diverso no tiene más que ver con una búsqueda por seguir paradxs en un margen que cuestione y desconfíe todo el tiempo hasta de aquellos lugares donde se nos incluye. Mostrar temas y realidades que excedan lo que seleccionan los medios hegemónicos, no debería ser el límite, sino el punto de partida.